La educación institucional no universitaria ni para adultos se realiza en las aulas. En ellas el elemento fundamental es la relación y comunicación personal. El hecho de que Internet aparezca como una gran biblioteca hace imaginar que su acceso es importante para la formación de las nuevas generaciones. Al menos así lo creen los políticos y en sus programas aparecen objetivos de instalar multitud de ordenadores en las aulas.
Sin embargo, en los centros educativos, al menos en los que conozco, reina un silencioso escepticismo que yo comparto - aunque quizás de manera menos silenciosa -. Poder acceder a una magnífica biblioteca no significa que se use. Además, Internet guarda en su seno muchos otros elementos posiblemente más «interesantes» para muchos alumnos que no la información que pueda guardar una buena biblioteca.
Aunque para mi vida profesional
el uso de Internet con fines escolares me llega tarde, puesto que me jubilo dentro de dos años, aún no quiero estar al margen de su conocimiento. Máxime que, al encargarme de la
web del instituto, me interesan todas aquellas funciones que la web de un centro pueda tener con la formación tecnológica de alumnos y profesores.
Yo no sé qué pasa en otros centros, en otros institutos, pero en el mío estoy intentando en estos momentos
introducir las bitácoras como un elemento de participación en la web. Espero, con ellas, que los profesores que hasta este momento me daban en disquete los contenidos que querían publicar para que yo los subiera al servidor, puedan hacerlo autónomamente por sí mismos, sin tener que depender de mí.
También tienen las bitácoras otra función no menos importante: es que quienquiera pueda añadir comentarios, posibilidad que hasta ahora sólo había conseguido con dificultades.
Estoy hablando de
posibilidades, que no de
realidades, ya que, aunque ya es posible, son pocas las personas del instituto que las utilicen. Pero las cosas funcionan de esta manera. Ante cualquier temática educativa (y no sólo educativa) sólo se enteran de alguna novedad importante, en caso de que haya suerte, las personas que siguen con interés esa temática, que suelen ser muy pocas. A través de ellas, como si fueran ondas, la novedad se transmite lentamente de unos a otros. Si la novedad no es muy importante, no trasciende y no nos llega su conocimiento.
Bien, pues se da el caso de que
van apareciendo herramientas informáticas que podrían ser usadas con fines educativos. Por ejemplo los
wikis, que yo desconozco, pero que veo que unas pocas personas ya utilizan y de las que ya oigo hablar.
Hace pocos días,
octeto, quien hace una magnífica labor divulgadora, indicaba una herramienta nueva para mí. Se trata de
Moodle 1.2. Con ellas, según leí, los profesores pueden organizar lecciones para grupos de trabajo. Para mí todo esto es aún «pura imaginación», pero quisiera tener información sobre qué es y cómo se utiliza.
Hoy, en
Barrapunto.com se habla sobre el Moodle y hay enlace a
sitios que lo usan. He entrado en algunos en calidad de invitado y, aunque la participación en general es muy baja, me parecen intentos válidos que con paciencia germinarán.