¿Existe el amor?
Dialbit nos propone para estos días esta extraña pregunta ¿Existe el amor? Posiblemente pueda parecer o ser anacrónico preguntarse hoy día sobre la existencia de este sentimiento. Podremos conversar sobre su duración, quizás sobre sus fases, pero ¿sobre su existencia?
Dos son las líneas que me suscitan esta pregunta. La primera está referida con la «esencia» del amor. Hay en él una mezcla de muchos elementos: deseos sexuales, deseo de compañía, de huída de la soledad y, también, cierto análisis sobre su conveniencia, posibilidad de convivencia en múltiples planos, desde los meramente económicos hasta la mayor o menor convergencia de aficiones, opiniones, etc. Y es en esta línea cuando me pregunto: Y si elimináramos todos estos cálculos y esas necesidades humanas, ¿qué queda del amor?, ¿queda algo?, es decir, ¿existe el amor?
No me atrevo a contestar esta pregunta en esta línea. Las personas somos personas con todas nuestras necesidades, exigencias y expectativas. Si no las tuviéramos en cuenta, la pregunta quedaría en un plano retórico, fuera de la vida real.
Pero hay una segunda línea que me inquieta. Nace del recuerdo de una película: El violinista en el tejado. Un matrimonio judio en Rusia tiene cinco hijas. El matrimonio es pobre y no tiene dote para cuando sus hijas se casen. El padre desearía casar a una de sus hijas con un carnicero, bastantes años mayor que la primogénita y ésta se niega y prefiere casarse con un pobre sastre. El pobre padre, ferviente defensor de la tradición, verá como cada una de sus hijas la rompe en algún aspecto. Aparecen en esta película personajes ya desaparecidos en nuestra sociedad, como la casamentera. Hay un momento en que repudia a una de sus hijas porque se casa con un hombre de religión no judía. La repudia verbalmente, pese a que su corazón la ama como hija.
En una escena, una de las hijas pregunta a su madre si al casarse amaba al padre. La pobre mujer se extraña ante esa pregunta. ¿Amor?, ¿qué es eso? Nunca se había planteado tal pregunta. Dos familias llegaban a un acuerdo de casar a sus hijos, niños todavía, y ninguno se preguntaba absolutamente nada sobre el amor; simplemente se casaban. Luego vivían toda su vida juntos y procuraban todo lo posible para los hijos. Esa pregunta sobre el amor ni se les ocurría. Simplemente vivían juntos.
El recuerdo de esta película me ha inquietado. Quizás el amor, o tenerlo en cuenta, no ha existido siempre. Tal vez sea sólo un sentimiento moderno, algo artificial, al que hoy día damos cierta importancia, pero que quizás durante siglos, milenios tal vez, no haya existido o simplemente no se haya planteado.
¿Existe el amor? Ya no estoy tan seguro, tengo algunas dudas.
Dos son las líneas que me suscitan esta pregunta. La primera está referida con la «esencia» del amor. Hay en él una mezcla de muchos elementos: deseos sexuales, deseo de compañía, de huída de la soledad y, también, cierto análisis sobre su conveniencia, posibilidad de convivencia en múltiples planos, desde los meramente económicos hasta la mayor o menor convergencia de aficiones, opiniones, etc. Y es en esta línea cuando me pregunto: Y si elimináramos todos estos cálculos y esas necesidades humanas, ¿qué queda del amor?, ¿queda algo?, es decir, ¿existe el amor?
No me atrevo a contestar esta pregunta en esta línea. Las personas somos personas con todas nuestras necesidades, exigencias y expectativas. Si no las tuviéramos en cuenta, la pregunta quedaría en un plano retórico, fuera de la vida real.
Pero hay una segunda línea que me inquieta. Nace del recuerdo de una película: El violinista en el tejado. Un matrimonio judio en Rusia tiene cinco hijas. El matrimonio es pobre y no tiene dote para cuando sus hijas se casen. El padre desearía casar a una de sus hijas con un carnicero, bastantes años mayor que la primogénita y ésta se niega y prefiere casarse con un pobre sastre. El pobre padre, ferviente defensor de la tradición, verá como cada una de sus hijas la rompe en algún aspecto. Aparecen en esta película personajes ya desaparecidos en nuestra sociedad, como la casamentera. Hay un momento en que repudia a una de sus hijas porque se casa con un hombre de religión no judía. La repudia verbalmente, pese a que su corazón la ama como hija.
En una escena, una de las hijas pregunta a su madre si al casarse amaba al padre. La pobre mujer se extraña ante esa pregunta. ¿Amor?, ¿qué es eso? Nunca se había planteado tal pregunta. Dos familias llegaban a un acuerdo de casar a sus hijos, niños todavía, y ninguno se preguntaba absolutamente nada sobre el amor; simplemente se casaban. Luego vivían toda su vida juntos y procuraban todo lo posible para los hijos. Esa pregunta sobre el amor ni se les ocurría. Simplemente vivían juntos.
El recuerdo de esta película me ha inquietado. Quizás el amor, o tenerlo en cuenta, no ha existido siempre. Tal vez sea sólo un sentimiento moderno, algo artificial, al que hoy día damos cierta importancia, pero que quizás durante siglos, milenios tal vez, no haya existido o simplemente no se haya planteado.
¿Existe el amor? Ya no estoy tan seguro, tengo algunas dudas.
12 comentarios
Fernando Caceres -
Lo verdaderamente conflictivo es por cuanto tiempo podemos mantener este sentimiento; eso es lo que yo preguntaria; y en estos tiempos de conflicto cualquier manifestación de amor es algo necesario y respetable.
Rosario Castillo Sanchez -
SOLA -
Fabian loeza parraguirre -
fabian loeza parraguirre -
Anónimo -
joselyn -
Aura -
Fabián -
Fabián -
Con todo no soy partidario de un regreso a esos sistemas (no creo que tú tampoco lo seas), pero, aquí, en una reflexión sobre el amor, creo que su existencia es algo que se siente (un sentimiento complejo) que se forma y renace cada día por lo que hacemos para los demás de manera sencilla y cotidiana.
Aura -
Jose Luis L -
Pero ciertamente son tantas las variables que hay a veces que considerar, pero que lo son cuando uno espera amor + algo, estructurado, como la correspondencia de la otra persona o la factibilidad de vivir juntos. Pero creo que cuando se origina simplemente no se pregunta uno todo ello. Creo que eso ocurre en el extra.